Paul Walter regresa a la accion…EL DIA DEL CRIMEN

Victor Hugo Juarez
guatemalanoticias@gmail.com

Durante diez años Joey Gazelle (Paul Walker) ha compaginado con éxito dos vidas que entran en conflicto, una como adorable hombre de familia y otra como empleado de poca monta de la banda italiana de los Perello en Grimley, Nueva Jersey.

Sin embargo, cuando Joey ignora las instrucciones explícitas de la banda que le ordena deshacerse de un arma utilizada en el asesinato a tiros de un policía corrupto durante una venta de drogas frustrada, coloca a su familia, sin querer, en una situación de peligro inmediato.

Joey oculta la prueba incriminatoria en su sótano para utilizarla en el futuro como garantía contra sus jefes, pero el mejor amigo de su hijo, Oleg (Cameron Bright), la descubre y huye con el arma. Inconsciente de que la desaparición del arma puede amenazar la vida de Joey y la suya misma, Oleg la utiliza para herir a su padrastro maltratador, Anzor (Karen Roden), la oveja negra adicta a las drogas de la mafia rusa de los Yugorsky, y luego se escabulle en la noche.

Mientras busca en vano, un refugio seguro, Oleg se encuentra y evita a una banda nocturna de delincuentes mientras le persiguen los implacables hombres de los Perello, los Yugorsky y el detective Rydell (Chazz Palminteri), un detective corrupto que está ansioso por aprovecharse de los desastrosos efectos potenciales que podría causar el arma perdida en la todavía débil alianza entre los clanes rivales Perello y Yugorsky.

Mientras tanto, Joey, también implicado en la búsqueda de Oleg y ayudado tanto por su mujer Teresa (Vera Farmiga) como por su hijo (Alex Neuberger), se ha embarcado en una búsqueda nocturna desesperada, no solo para localizar a Oleg y al arma, sino también para salvar su propia vida y su credibilidad en las calles manteniendo en secreto la desaparición del arma a ambas familias...

CRITICAS:

"La película nunca baja de ritmo. (...) es del tipo de películas donde la siguiente escena comienza antes de que hayas contado los cadáveres. (...) Uno de los placeres de la película es que los personajes secundarios tienen grandes escenas. Puntuación: *** (sobre 4)." (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)

"Un trabajo compacto, duro como el acero (...) un proyecto de granito, como sus personajes (...) En suma, cine vibrante, de acción oscura, violenta y cruda. Puntuación: **** (sobre 5)." (José Manuel Cuéllar: Diario ABC)

Hace un par de años disfruté enormemente de la película "The cooler", semidebut del cineasta sudafricano Wayne Kramer. Y aunque la cinta que ahora nos ocupa es totalmente distinta a aquel sobrio y emotivo drama personal, muestra igual pericia en la dirección, estilo visual y selección de elenco.
"El Dia del crimen" comienza con un violentísimo enfrentamiento entre mafiosos narcotraficantes y policías corruptos en la ciudad de Nueva York, resultando en abundantes muertes y sangre. Entonces conocemos a Joey Gazelle (Paul Walker), criminal de poca monta que tiene a su cargo el "desaparecer" armas implicadas en la balacera. El problema es que Joey las oculta en el sótano de su casa, donde su hijo juega con Oleg (Cameron Bright), un niño ruso cuyo padre es extremadamente abusivo. Así, con hambre de venganza, Oleg roba una de las armas y regresa a su casa, donde le dispara a su padre, iniciando una cadena de eventos que pondrán en peligro la vida de Joey y la de su familia... por no mencionar a los más importantes capos de la mafia italiana y rusa.

Aunque el guión tiene bruscos giros y sospechosas coincidencias, su estructura e integridad dramática es perfecta. No hay duda que sus continuas exageraciones bordean en el absurdo, pero la increíble energía del filme y su frenético ritmo logran que la audiencia se vea arrastrada por la narrativa, eludiendo (al menos temporalmente) los múltiples agujeros lógicos que hay que evadir para llegar al satisfactorio final.

Wayne Kramer ha creado aquí un mundo altamente estilizado y artificial, poblado de villanos estereotípicos y predecibles, pero con tales dosis de humor que se vuelve obvia su intención de parodiar el género de acción, sin descuidar la integridad de la historia. Además, su estilo visual (mucho más desarrollado que en "The cooler", aunque siguiendo las mismas tendencias plásticas) es simplemente brillante, complementando perfectamente el alucinante mundo de antihéroes y supervillanos que corren por los torcidos caminos de esta historia.

Aunque algunos actores enfrentan sus delirantes papeles con cierta dificultad, en general realizan un trabajo adecuado. En los mejores casos (como Chazz Palminteri), se integran fluidamente en la feroz narrativa; en los peores (como la ex-modelo Ivana Milicevic), se sienten fuera de lugar, pero no lo suficiente para arruinar la propuesta. Merece mención especial el niño Cameron Bright, quien ha demostrado gran talento en muchas producciones, siempre y cuando el material lo respalde.

La única excepción es Paul Walker. En largometrajes como "2 fast 2 furious. A todo gas 2, "Inmersión letal" y "Timeline" ha demostrado que su talento no va más allá de ser un galán atractivo para las chicas.

En "El Dia del crimen" su desempeño es ligeramente mejor, pero no tanto por el pseudotalento de este intérprete, sino porque el ritmo es tan rápido y las situaciones tan extremas que Walker apenas tiene tiempo de reaccionar y adaptarse antes de que llegue el siguiente impredecible giro de la trama. Sin embargo, su hueca presencia definitivamente afecta la cinta, y sólo puedo imaginar cómo se hubiera incrementado su calidad con un actor realmente capaz de expresar emoción y personalidad.

Todas esas menciones de "frenético ritmo" y "estilo visual" pueden sugerir que "El Dia del crimen" imita el cine de Michael Bay o Tony Scott. Nada más distinto. Quizás Wayne Kramer emplea las mismas herramientas, pero la inteligencia y exuberancia que desborda esta película dejan muy atrás el rígido y predecible cine de acción contemporáneo. Y es que, si bien es ciertamente violenta, exagerada y hasta absurda, presenta una interpretación del cine de acción que rara vez podemos ver: innovadora en su forma, inteligente en su fondo y extraordinariamente entretenida.

La puedo recomendar con entusiasmo tanto para fanáticos del género como para aquellos que lo desprecian por su habitual simpleza. Y ahora que Wayne Kramer ha realizado un trabajo tan notable en cintas de tono muy distinto, será doblemente interesante ver cómo continúa su carrera... y qué nuevas perspectivas ofrece para otros géneros.


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