Víctor Hugo Juárez
guatemalanoticias@gmail.com
** con información de agencias
Luchó en docenas de épicas batallas, fue rey y esclavo, descubrió planetas e incluso en un momento, fue el único hombre en todo el planeta. Pero todas esas historias, plasmadas en la pantalla grande durante unos 50 años de carrera, ahora son parte de la gran leyenda que comienza con la muerte de su protagonista: Charlton Heston.
Dirigiendo un carruaje que terminó por elevarlo al total estrellato, "Ben-Hur" le permitió ganar el Oscar en 1960 y, de ahí en más, los roles le llovieron desde cualquier ángulo, lo que también habla de la versatilidad de un actor que pese a todo siempre ha sido encasillado en el "peplum", aquellas gigantes cintas épicas de las décadas de 1960 y 1970.
Tenía 84 años, sufría Alzheimer desde 2002 y prácticamente no hacía apariciones en público más que para promover el uso de armas -su lado más polémico-, pero tuvo siempre el carisma y la estatura para interpretar a algunas de las figuras heroicas que más tamaño han ocupado en la pantalla grande. Moisés, Miguel Ángel, El Cid y muchas otras figuras históricas o religiosas estuvieron reflejados en las caracterizaciones de Heston.
Su cuerpo cuidado, figura muscular y rostro absolutamente cinematográfico, fue el actor más buscado por Hollywood cuando la moda era llevar grandes personajes históricos al celuloide. Heston imponía presencia, con su pose y con su voz. "Tengo un rostro que pertenece a otro país", dijo alguna vez el propio actor.
Entre la historia y la ficción
Heston nació el 4 de octubre de 1923 en Evanton, Illinois, con el nombre de John Charles Carter. Tras mudarse cerca de Chicago, comenzó a unirse a programas teatrales durante su educación y rápidamente se hizo evidente cuál camino tomaría su vida. Sin embargo, su ingreso al Ejército en 1944 le puso paréntesis a su incipiente carrera. Ese mismo año se casó con Lydia Heston, la misma que lo acompañó durante 64 años hasta esta noche, cuando permaneció a su lado hasta el último suspiro junto a su cama en la mansión de Beverly Hills.
Su carrera comenzó en las tablas, hasta que en 1950 debutó en el cine con "Dark City". Tendría que esperar un par de años para lograr más reconocimiento interpretando a un mánager circense en "The Greatest Show On Earth". En 1956, su rostro ya quedó totalmente en la retina de los espectadores por su papel de Moisés en "Los diez mandamientos" ("The Ten Commandments", 1956), para el que fue curiosamente escogido por el director Cecil B. DeMille por su notable parecido con la estatua de Moisés creada por Miguel Ángel (por cierto, un personaje que luego interpretó en la película "La agonía y el éxtasis", 1965).
En 1959 llegó el año de "Ben-Hur", la película que ha ganado más Oscar en un año (11, aunque empatado con "Titanic" y "El retorno del Rey"). Como Judah Ben-Hur, su látigo en mano para conducir su carruaje en algunas de las escenas más espectaculares jamás filmada, Heston logró conseguir el primer y único reconocimiento de la Academia. Literalmente, ya que ni siquiera fue nominado otra vez.
Tras pasar su etapa de películas épicas, Heston también se abrió paso por la ciencia ficción, incluyendo el clásico "El planeta de los simios" ("The Planet of the Apes", 1968), "Soylent Green" (1973) y como el último hombre en la Tierra en "El hombre Omega" ("The Omega Man", 1971).
Su carrera comenzó a decaer a finales de la década de 1970 y, además de pequeños papeles y cameos, también dedicó tiempo para regresar al teatro.
Dirigiendo un carruaje que terminó por elevarlo al total estrellato, "Ben-Hur" le permitió ganar el Oscar en 1960 y, de ahí en más, los roles le llovieron desde cualquier ángulo, lo que también habla de la versatilidad de un actor que pese a todo siempre ha sido encasillado en el "peplum", aquellas gigantes cintas épicas de las décadas de 1960 y 1970.
Tenía 84 años, sufría Alzheimer desde 2002 y prácticamente no hacía apariciones en público más que para promover el uso de armas -su lado más polémico-, pero tuvo siempre el carisma y la estatura para interpretar a algunas de las figuras heroicas que más tamaño han ocupado en la pantalla grande. Moisés, Miguel Ángel, El Cid y muchas otras figuras históricas o religiosas estuvieron reflejados en las caracterizaciones de Heston.
Su cuerpo cuidado, figura muscular y rostro absolutamente cinematográfico, fue el actor más buscado por Hollywood cuando la moda era llevar grandes personajes históricos al celuloide. Heston imponía presencia, con su pose y con su voz. "Tengo un rostro que pertenece a otro país", dijo alguna vez el propio actor.
Entre la historia y la ficción
Heston nació el 4 de octubre de 1923 en Evanton, Illinois, con el nombre de John Charles Carter. Tras mudarse cerca de Chicago, comenzó a unirse a programas teatrales durante su educación y rápidamente se hizo evidente cuál camino tomaría su vida. Sin embargo, su ingreso al Ejército en 1944 le puso paréntesis a su incipiente carrera. Ese mismo año se casó con Lydia Heston, la misma que lo acompañó durante 64 años hasta esta noche, cuando permaneció a su lado hasta el último suspiro junto a su cama en la mansión de Beverly Hills.
Su carrera comenzó en las tablas, hasta que en 1950 debutó en el cine con "Dark City". Tendría que esperar un par de años para lograr más reconocimiento interpretando a un mánager circense en "The Greatest Show On Earth". En 1956, su rostro ya quedó totalmente en la retina de los espectadores por su papel de Moisés en "Los diez mandamientos" ("The Ten Commandments", 1956), para el que fue curiosamente escogido por el director Cecil B. DeMille por su notable parecido con la estatua de Moisés creada por Miguel Ángel (por cierto, un personaje que luego interpretó en la película "La agonía y el éxtasis", 1965).
En 1959 llegó el año de "Ben-Hur", la película que ha ganado más Oscar en un año (11, aunque empatado con "Titanic" y "El retorno del Rey"). Como Judah Ben-Hur, su látigo en mano para conducir su carruaje en algunas de las escenas más espectaculares jamás filmada, Heston logró conseguir el primer y único reconocimiento de la Academia. Literalmente, ya que ni siquiera fue nominado otra vez.
Tras pasar su etapa de películas épicas, Heston también se abrió paso por la ciencia ficción, incluyendo el clásico "El planeta de los simios" ("The Planet of the Apes", 1968), "Soylent Green" (1973) y como el último hombre en la Tierra en "El hombre Omega" ("The Omega Man", 1971).
Su carrera comenzó a decaer a finales de la década de 1970 y, además de pequeños papeles y cameos, también dedicó tiempo para regresar al teatro.
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