Victor Hugo Juárez
guatemalanoticias@gmail.com
En una temporada de películas llenas de imágenes fantásticas generadas por computadora, DURO DE MATAR 4.0 le apuesta al realismo —con acción real, humor real y el regreso de un querido e icónico personaje: John McClane. Durante el fin de semana en el que se conmemora la independencia de los EEUU, un ataque a su vulnerable infraestructura comienza a paralizar a toda la nación. La misteriosa figura detrás del plan ha descifrado todo aspecto moderno…pero nunca logró descifrar a McClane —la mosca “análoga” de la vieja escuela que se ha metido en la sopa “digital”.
Es el inicio del puente vacacional, pero el detective de la ciudad de Nueva York McClane no está celebrando. Tuvo otra discusión con su hija universitaria Lucy y lo mandaron a realizar otra insoportable misión de rutina, en la que debe recoger a un joven hacker1, Matt Farrell, para que sea interrogado por el FBI. Pero para McClane lo ordinario tiene un hábito por estallar en lo extraordinario —y lo lanza abruptamente al lugar equivocado en el momento equivocado.
Con la ayuda de Farrell, McClane comienza a entender paulatinamente el creciente caos que lo rodea. Un ataque se está llevando a cabo sobre la vulnerable infraestructura de los Estados Unidos, que provoca la parálisis de toda la nación. La misteriosa figura detrás de la confabulación, Thomas Gabriel, siempre le saca ventaja a McClane conforme ejecuta sus increíbles planes, conocidos entre los súper-geeks2, como Farrell, como una “venta de fuego” (o, en otras palabras, ¡todo se debe acabar!).
DURO DE MATAR 4.0 se abstiene de utilizar fantasía generada por computadora y le apuesta a las escenas prácticas de acción. El sardónico sentido del humor de John McClane siempre es genuino y relevante. Y, todavía más importante, la película es impulsada por sus personajes, anclados a uno de los héroes más duros pero más adorables de la cultura popular.
Apegarse a lo real nunca estuvo alejado de la mente de Bruce Willis, una vez que contempló volver a interpretar al personaje que ayudó a redefinir a los héroes de acción cinematográficos. “Una de las cosas más emocionantes con respecto a interpretar a McClane es que definitivamente no es un superhéroe”, comenta Willis. “No tiene poderes o habilidades especiales. Es un tipo común y corriente con quien todo mundo se puede sentir identificado. Si bien siempre vamos más allá de los límites en la producción de grandes secuencias de acción, creo que es la credibilidad de McClane y su sentido del humor lo que realmente le llama la atención a la gente.
“A lo largo de los años, hubo muchas pláticas con respecto a una nueva película de Duro de Matar, pero nada me cuadraba hasta que definimos el enfoque de las dos cosas más importantes por las que McClane se puede sentir amenazado”, continúa Willis. “McClane ama a su familia, por sobre todo, y desprecia a todo aquel que acosa a gente que no se puede defender. Esta fue una perspectiva fresca en el personaje pero siempre se mantuvo fiel a su naturaleza. Ahora, los riesgos son mucho mayores para McClane, pero todavía sigue siendo el tipo común y corriente que se tiene que enfrentar de manera inesperada a circunstancias sumamente irregulares”.
Willis indica que los riesgos eran ahora mucho mayores para él. “Soy un apostador por naturaleza y quería ver si podíamos superar el reto de crear una gran historia”, señala. “Realmente quería que estuviera a la altura de la primera película de Duro de Matar. Pensé mucho en ello”.
Willis también quería asegurarse que el guión no ignorara el paso del tiempo. “No pretendemos que McClane es el mismo hombre que fue en la película original de Duro de Matar”, comenta. “Obviamente, está más viejo —su hija Lucy, a quien conocimos de niña en la primera película, es ahora una estudiante universitaria. Está más acabado y es más cínico.
Pero es importante señalar que McClane nunca se ha considerado un héroe de acción”.
Las películas de Duro de Matar son reconocidas por su incesante acción, y DIE HARD 4.0 ofrece algunas de las escenas de acción más espectaculares y realistas vistas en películas de la actualidad. “Pienso en el tipo de situaciones en las que podríamos situar a McClane, que me gustaría ver como aficionado”, explica Wiseman. “Y se nos ocurrieron unas cosas bastante alocadas —acción al estilo McClane: real, intrépida y elemental”.
Las películas de Duro de Matar son reconocidas por su incesante acción, y DIE HARD 4.0 ofrece algunas de las escenas de acción más espectaculares y realistas vistas en películas de la actualidad. “Pienso en el tipo de situaciones en las que podríamos situar a McClane, que me gustaría ver como aficionado”, explica Wiseman. “Y se nos ocurrieron unas cosas bastante alocadas —acción al estilo McClane: real, intrépida y elemental”.
“Siempre imaginamos a DURO DE MATAR 4.0 como un constante viaje de acción, que fuera fiel al tono y al personaje de la película original, pero actualizado”, añade Willis. “Te puedo decir que hemos rebasado por mucho ese objetivo. Esta no es una de esas películas que depende completamente en efectos de gráficas por computadora…he hecho ese tipo de filmes y no tienen nada de malo, pero dentro del espíritu de Duro de Matar la acción tenía que ser ruda, y creo que hemos superado con creces nuestro objetivo. Tienes acción y acrobacias reales. Es atrevida y grandiosa, todo lo que podrías esperar y querer en una película de Duro de Matar”.
Unos cuantos de los momentos de acción de la película:
— un auto sedán sale volando por los aires hacia McClane y Farrell, y, a segundos de aplastarlos, el vehículo aterriza en los automóviles que pasan y rebota por encima de los dos hombres;
— La patrulla de McClane sale disparada al cielo como un feroz misil en dirección a un helicóptero.
— McClane y la novia de Gabriel, y jefa de espías, Mai (Maggie Q) se enfrascan en una pelea brutal, sin tregua, en la que intercambian golpes y patadas adentro de un automóvil que pende verticalmente en el tiro de un elevador.
— Otro espía de Gabriel, Rand (interpretado por la famosa estrella francesa de acción Cyril Raffaelli) salta a través de un puente, cae en un equipo de aire acondicionado, salta a una escalera de incendios, baja por otra escalera de incendios y se columpia abajo hasta una tercera escalera de incendios —todo en una sola toma, que nunca antes se había hecho en cine; y
— en una explosiva secuencia de persecución por la autopista, un jet Harrier persigue, dispara y destruye virtualmente un gran tractor conducido por McClane.
El humor desempeña un papel igualmente importante en DURO DE MATAR 4.0.
Las ocurrencias satíricas de McClane han proporcionado muchos de los momentos memorables en las películas de Duro de Matar, y DURO DE MATAR 4.0 supera con creces esa tradición. “Protejo mucho a McClane y estoy consciente de que existe una delgada línea entre burlarte del personaje y reírte de él”, comenta Willis. “Siempre queremos que el público se sienta identificado, y una manera de hacerlo es a través de la risa”.
Además, el humor de la película desvanece todavía más la línea entre Willis y su alter ego en pantalla. “Bruce es un tipo común y corriente de Nueva Jersey que cuenta chistes bobos y se ríe de ellos, y nada le gusta más que estar con su familia”, comenta Mark Bomback. “Esas cualidades hacen que Bruce —y McClane— sean muy agradables”.
Gran parte del humor se origina del contrapunto que se presenta ente las maneras de la vieja escuela de McClane y los métodos modernos de Gabriel. “El mundo digital le ha pasado de noche”, comenta Willis. “No queríamos hacer que McClane fuera repentinamente un genio de las computadoras y que fuera capaz de detener a Gabriel e introducirse de manera ilegal a satélites.
McClane no sabría cómo hacer eso. Así que nos divertimos al ponerlo en situaciones que le fueran difíciles de entender, y hacer que se enfrentara a un tipo malo con herramientas y métodos que son totalmente desconocidos para él”.
Pero Gabriel subestima a McClane, el “duro-de-matar” por excelencia que comienza a sacarle ventaja a su adversario —todo mientras libera un torrente de chistes, incluyendo su característica frase, “Yipee-Ki-Yay”. “Con el tiempo, esa expresión ha pasado a formar parte de la mitología de Duro de Matar”, comenta Willis.
“Cuando lo dije por primera vez, en Duro de Matar, fue agradable decírselo a Alan Rickman [quien interpretó al villano Hans Gruber] cuando se la pasaba llamándome ‘Sr. Vaquero’. Estoy asombrado cómo una frase tan simple pasó a formar parte del lenguaje de la cultura popular. Pero McClane la dice ahora bajo muchas circunstancias, sobre todo cuando está intentando ser extremadamente indescifrable”.
“Todos los días fue un combate durante la preparación y realización de esta película, pero estoy fascinado con el trabajo que todos han hecho”, concluye Willis. “A mucha gente le encantan estos filmes y creo que el primero reinventó el género de acción. Así que teníamos que estar a la altura y cumplir con lo que el público espera con DURO DE MATAR 4.0.
Ya dije que es tan buena, si no es que mejor, que la primera película de Duro de Matar. Le da al público todo lo que les gusta acerca de Duro de Matar y de McClane, mientras se intensifican los riesgos y se reinventa el lugar de acción”.
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