Victor H Juarez
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“DRAGONBALL: EVOLUCIÓN” es la sumamente esperada película de acción en vivo basada en el popular manga japonés, creado por Akira Toriyama. El trabajo de Toriyama abarca novelas gráficas —que se han convertido en best-sellers—, videojuegos y una serie de televisión tremendamente exitosa.
El manga, la serie y los juegos le aportan a la nueva película una mitología fastuosa y emocionante, así como personajes complejos —elementos que han cautivado a millones de aficionados de todas las edades, en todo el mundo. Una de las franquicias manga más grandes jamás creadas, ¡Dragonball tiene una enorme grupo de seguidores en línea y es uno de los términos más buscados en Google y Yahoo!
Dragonball se ha convertido en un fenómeno global que ha generado más de cuatro billones de dólares en ventas de mercancía. Es considerado el estándar de oro de los videojuegos basados en anime, con más de 25 juegos distintos y más de diez millones de unidades vendidas desde mayo de 2002. La serie —500 episodios y contando— alcanzó los ratings más altos en Europa, Asia y los EEUU.
La película “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN” presenta un reparto con prometedoras estrellas jóvenes y aclamados actores veteranos. Justin Chatwin, quien interpretó al hijo de Tom Cruise en “War of the Worlds”, de Steven Spielberg, interpreta el papel del heroico Goku, un poderoso guerrero que protege a la Tierra de un interminable torrente de bribones determinados a dominar el universo y a controlar los objetos místicos, de donde el filme toma su nombre. Emmy Rossum (“The Day After Tomorrow”) es Bulma, una bella mujer que, impulsada por sus propias razones, está decidida a recuperar las místicas Dragonballs; Jamie Chung (“Samurai Girl”) es Chi Chi, una joven dedicada a las artes marciales, quien llama la atención de Goku; y la leyenda de la pantalla Chow Yun-Fat (“Crouching Tiger, Hidden Dragon”) es Roshi, el Maestro quien guía a Goku en su misión épica por salvar a la Tierra de las fuerzas del mal.
James Marsters (“Buffy the Vampire Slayer”) es Lord Piccolo, cuyo regreso podría significar la destrucción de la Tierra; la sensación internacional Joon Park es Yamcha, un carismático “chico malo” cuyos esquemas podrían arruinar la travesía de los héroes; la popular actriz japonesa Eriko (“Heroes”) es Mai, una asesina que trabaja con Piccolo; Ernie Hudson (“Ghostbusters”) es Sifu Norris, un Maestro y contemporáneo de Roshi; y Randall Duk Kim (“The Matrix Revolutions”) es el abuelo de Goku, Gohan, quien comienza a preparar y aleccionar a Goku para las tareas monumentales que le esperan.
Muchos de estos actores pasaron por un régimen de entrenamiento riguroso bajo los auspicios de la mejor compañía de acrobacias, 87Eleven, que ha ejecutado o diseñado algunas de las secuencias de acción más grandes que se hayan visto en el cine, en películas tales como
“The Matrix” (Matrix), “The Bourne Supremacy” (La Supremacía Bourne), “Mr. & Mrs. Smith” (El Sr. y la Sra. Smith) y “300”.
El director es James Wong, ex productor ejecutivo/escritor de la afamadas series de televisión “The X-Files”, “Millennium” y “Space: Above and Beyond”, y co-escritor/director de los éxitos cinematográficos “Final Destination” y “Final Destination 3
La misión de Goku —con nada menos que el destino de nuestro mundo en peligro—comienza de manera inocente en el jardín trasero del hogar de su abuelo, donde Gohan le está enseñando al joven algunos movimientos exóticos de artes marciales. Es el cumpleaños 18 de Goku, y el regalo que Gohan le da a su nieto es un Dragonball, una pelota pequeña y esférica, cuya superficie es suave y perlada, pero con una traslucidez lechosa que le da profundidad. Cuatro estrellas flotan en su interior. Solamente hay otras seis iguales en el mundo, y se dice que aquel quien logre juntar las siete Dragonballs se le concederá un deseo perfecto.
El pasado misterioso de Goku —quien nunca conoció a sus padres— está ligado a la leyenda de las Dragonballs, así como al venidero eclipse solar, cuyas supersticiones representan un símbolo de un apocalipsis venidero. Gohan promete revelarle todo a Goku en la cena especial que su abuelo le está preparando para celebrar su cumpleaños.
Pero Goku decide no asistir al festín de Gohan, y, en cambio, decide irse a una fiesta cuya anfitriona va a ser Chi Chi, una compañera estudiante por la que se siente atraído. Una vez que los dos adolescentes llegan a conocerse mejor, la llegada de una fuerza maligna provoca una tragedia en el hogar —lo que lleva a Goku, Roshi, Bulma, Yamcha y Chi Chi a una carrera para recuperar los siete Dragonballs. Los riesgos no podrían ser más altos. Goku se enfrentará a los enemigos más mortíferos de la Tierra, dominará una fuerza poderosa llamada Ki —que se encarga de ordenar la energía del universo— y se enterará de la verdad de su increíble pasado…y la de un futuro potencialmente inimaginable.
Convertir una propiedad global tan apreciada en un evento cinematográfico no es tarea fácil, y pasaron años después de que Twentieth Century Fox adquiriera los derechos de la serie de novelas gráficas Dragonball para hacer que eso sucediera. Una adaptación para la pantalla grande comenzó finalmente a cobrar forma cuando el realizador James Wong, quien ha trabajado extensamente en el género de ciencia ficción y fantasía, se interesó por el proyecto. Wong recuerda: “Leía los mangas, que realmente avivaron mi interés por la propiedad. Las novelas gráficas nos llevan a un mundo fantástico con grandes personajes —y son muy divertidas”.
Inspirados en el manga, Wong y el guionista Ben Ramsey trabajaron hasta lograr una mezcla de acción, humor y relaciones de personaje para la nueva película. “Nos esforzamos por lograr la correcta combinación de lo fantástico y lo narrable”, comenta Wong. Grandes escenarios para la acción, efectos visuales con tecnología de punta e intrincadas secuencias de artes marciales fueron elementos clave de “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN”, pero todavía había mucho más que explorar con los personajes, sus fascinantes historias y sus relaciones progresivas.
Los retos en adaptar Dragonball para la pantalla grande fueron intimidantes, que se iniciaron con crear una historia que satisficiera a sus aficionados a ultranza y, asimismo, introducir este mundo a los no aficionados. “Así que el concepto era comenzar en un mundo que se sintiera familiar, y después introducir gradualmente los elementos fantásticos de Dragonball, por lo que para la mitad de la película ya estábamos en una modalidad Dragonball absoluta”, indica Ramsey.
“El reto más grande en adaptar un manga o serie animada en un película de acción en vivo es el peso de la realidad”, continúa. “Una vez que le das vida a los personajes y los conviertes en humanos de carne y huesos, las reglas cambian, aunque sea mínimamente. Los personajes animados pueden salirse con la suya mucho más que los personajes de acción en vivo. Cuando se escribe para personajes de acción en vivo tienes que implementar matices en el diálogo, dinámica entre los personajes y acción”.
Justin Chatwin obtuvo el papel de Goku después de una exhaustiva búsqueda mundial. Goku es un estudiante de preparatoria cuya inocencia y honestidad son dejadas atrás cuando comienza su heroico viaje. “El personaje tiene un gran arco —desde nerd de la preparatoria hasta salvador del planeta”, comenta Wong. “Un minuto, Goku es un estudiante de preparatoria que no encaja con sus compañeros; al siguiente, está en una misión increíble”. Chatwin se entusiasmó con la idea del viaje que emprende el héroe, en vista de que ha admirado desde hace mucho tiempo el trabajo de especialistas en mitología, como Joseph Campbell, cuyos escritos lidiaban frecuentemente con el rol del héroe. “Goku comienza su viaje como un adolescente común y corriente que descubre que está destinado para algo más”, comenta Chatwin. “Se convierte en un símbolo del bien moral”.
El viaje transformador de Goku es muy bueno, así como sus habilidades en artes marciales, pero un tema de igual escrutinio fue el….cabello del personaje. Las legiones de aficionados de Dragonball se identifican con su distintivamente estilizado peinado de puntas. “Esa fue mi primer pregunta a Jimmy Wong”, comenta Chatwin entre risas. “¿Qué vas a hacer con el pelo? Es tan importante, ¡que incluso el cabello tiene un arco!” (El peinado de Goku cambia a lo largo del filme, hasta convertirse en su distintivo “peinado” puntiagudo).
Uno de los primeros pasos en el viaje de Goku es buscar a Roshi, un Maestro anciano que complementa su entrenamiento, le ayuda a develar el secreto de su pasado y se le une en una misión para salvar al mundo. Roshi es como ningún otro Maestro Oriental que hayas visto antes; le gustan las mujeres y es partidario de las camisas hawaianas. Según Wong, el papel requería nada menos que un actor icónico que pudiera transmitir las múltiples dimensiones e increíbles habilidades del personaje. “En realidad, tuvimos que ir muy alto para encontrar a nuestro Roshi”, comenta Wong, “y decidimos apostarlo todo y abordar a Chow Yun-Fat”, la legendaria superestrella internacional que ha encabezado algunas de las películas de acción más aclamadas en la historia del cine, incluyendo la ganadora del Oscar® “Crouching Tiger, Hidden Dragon”.
Para los aficionados de Roshi, que lo conocían del manga y anime, Chow no tenía una obvia compatibilidad física con el personaje. Wong explica: “En el manga, Roshi es una figura anciana y excéntrica, que es impredecible. No es definitivamente tu Maestro tradicional que ofrece consejos sabios”. Si bien no había cantidad de maquillaje y prótesis que pudieran transformar al fornido Chow —a quien la revista People nombró una de las 50 personas más bellas del mundo, y el Los Angeles Times lo consideró “el actor más cool del mundo”— en la diminuta y anciana figura que aparece en el manga, Chow trabajó arduamente para capturar el espíritu del personaje. “Nunca he tenido la clase de reto que tuve con el papel de Roshi”, comenta el actor. “Hay tantos elementos en él —humor, acción, romance, emoción. Tiene poderes extraordinarios, pero no deja de ser simpático, familiar y humano”.
Una de las múltiples ideas que el actor propuso para el personaje fue que usara lentes de contacto color gris, para insinuar la inminente aparición de cataratas. “Pensé que los lentes intensificarían el realismo y familiaridad de Roshi”, comenta Chow, quien también practicó regularmente Tai Chi y meditación, antes y durante el rodaje.
Fascinados por estar trabajando con un icono del cine, tanto el reparto como el equipo de producción estaban impresionados por igual con el trabajo fuera de cámara de Chow. Nunca fue a su tráiler a relajarse entre escenas, y con frecuencia ayudaba a la unidad de cámara —incluyendo mover equipo pesado (para convertirse en el tramoyista más prestigioso de la industria). “Chow nunca dejó el set”, dice maravillado el director de fotografía Robert McLachlan, ASC/CSC. “Era como parte del equipo de producción”. Pero, para Chow, su trabajo detrás-de-cámaras no era la gran cosa. “Es la manera en como hemos estado haciendo las cosas en Hong Kong desde que comencé mi carrera en la televisión”, indica. “Los equipo de producción eran pequeños y siempre había ayuda mutua”.
Chow fue una inspiración para todos, especialmente para los actores más jóvenes, como Justin Chatwin y Jamie Chung. Esta última tiene el papel protagónico en la popular serie de televisión “Samurai Girl”, cuyo personaje del título posee habilidades de pelea que le resultaron útiles para “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN”. Una de las estrellas jóvenes más brillantes y atractivas del momento, Chung le aportó mucho más a Chi Chi que habilidades marciales. Tiene la energía radiante necesaria para hacer totalmente suyas ambas facetas del personaje. “Chi Chi es la ‘Chica del Momento’ —la chica más popular de la preparatoria”, comenta Chung. “Proviene de una familia adinerada, y todo mundo espera ciertas cosas de ella. Pero ella tiene una segunda vida —una vida secreta— marcada por su pasión para pelear. Aparenta ser un chica común y corriente, pero cuando se prende, ¡puede golpear a cualquiera!”.
La relación cada vez más intensa entre Chi Chi y Goku se da, en parte, a raíz de que son almas gemelas. “A Chi Chi le atrae la habilidad secreta que Goku tiene para pelear”, comenta Chung. “Siente que Goku tiene algo realmente especial, y ella es capaz de hacer que eso resalte en él”.
Otra joven y bella mujer que se une a Goku en su misión es Bulma, un científica descrita en el manga como la “chica más inteligente del mundo”. La película conserva la confianza en sí misma, intensidad e inteligencia del personaje del manga —y el hecho de que ella sabe exactamente qué es lo que quiere. Y lo que Bulma quiere es el Dragonball que robaron de la compañía de su padre. Bulma, quien porta una vanguardista pistola magnum guiada por rayo láser, hará cualquier cosa por recuperar el Dragonball de cinco estrellas, que, piensa, proporcionará una ilimitada fuente de energía —e inmensas recompensas financieras.
Emmy Rossum apreció los retos de interpretar a un personaje tan multifacético, cuya actitud inflexible y determinada comienza a cambiar después de que se une a Goku y Roshi en su búsqueda por los Dragonballs. “Bulma llega a darse cuenta que la vida tiene que ver con mucho más que su misión personal”, comenta Rossum. “El personaje en el manga, y ahora en nuestra película, es tan vivo, divertido y valiente. Es todo menos ordinaria”. Un bono para la actriz fue aprender a manejar el vehículo de Bulma, que la producción creó a partir de una motocicleta Harley.
En el manga, Bulma usa una melena color azul, que se convirtió en su aspecto insignia. Rossum recuerda que los realizadores intentaron diversas maneras de capturar ese colorido y estilo, incluyendo tintes, extensiones de pelos y pelucas, pero finalmente tomaron una dirección más realista. No obstante, existen rastros de azul y morado mezclados a lo largo del vestuario del personaje.
En su búsqueda por los Dragonballs, Goku, Roshi y Bulma se enfrentan a su adversario, Lord Piccolo. Piccolo, como es representado en el manga, es una figura compleja e intrigante cuya travesía lo ve encarnar tanto al bien como el mal. En vista de que en la mitología de Dragonball cualquier personaje puede pasar del bien al mal, y viceversa. James Marsters, amado por millones de aficionados de todo el mundo gracias a su prolongada presencia como el vampiro Spike en las exitosas series de televisión “Buffy the Vampire Slayer” y “Angel”, interpreta a Piccolo en el filme. Su Piccolo es el antagonista de la historia —“En la película, Piccolo es una figura decrépita, y sus objetivos están centrados en la venganza”, comenta Marsters—, pero hay indicios de que su viaje es en gran medida un proceso evolutivo.
Mai, una belleza exótica teñida de malevolencia, trabaja con Piccolo. Su ataque predilecto es lanzar navajas conocidas como shiruken. La actriz oriunda de Japón, Eriko, quien llegó a “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN” después de haber interpretado un papel recurrente en “Heroes”, dice que disfrutó haber interpretado una “mujer fuerte y tenaz”. James Wong añade que Eriko le aporta al papel una “cualidad especial y reciedumbre”.
ACCIÓN – “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN”- ESTILO
“¿Cómo hacer para que las secuencias de acción se vean y sientan diferentes con respecto a lo que las audiencias han experimentado antes?” Esa fue la primera pregunta que Wong le planteó a su equipo cuando comenzó a pensar en lo que los aficionados de acción esperarían de una película basada en Dragonball. Las respuestas del aclamado equipo de acróbatas, 87Eleven, así como del director de fotografía Robert McLachlan y del supervisor de efectos visuales Ariel Velasco Shaw, ciertamente satisficieron a Wong —y promete no solamente complacer a los aficionados del cómic sino también a los entusiastas de las películas de acción.
El supervisor de efectos visuales Velasco Shaw empleó lo que Wong llama “cámaras-puño” —de la renombrada compañía Iconix—, que son tan pequeñas que pueden ser montadas en el puño de un actor, permitiendo que el golpe de un personaje llegué directamente al público. “Es como un tipo de ‘punto de vista del puño’”, explica Wong. McLachlan sugirió utilizar las nuevas cámaras digitales Phantom de alta-velocidad para generar en secuencias de acción clave un movimiento súper lento. “Hicimos mucha investigación y desarrollo con las cámaras Phantom”, comenta McLachlan, quien había descubierto la en aquel entonces experimental fotografía en YouTube. En el video de YouTube un globo lleno con agua es reventado con la “acción” captada a 1,000 cuadros por segundo. McLachlan y Wong quedaron impactados con el resultado. “La cosa más espectacular del video fue ver cómo el agua conservaba la forma del globo antes de caer”, Wong recuerda.
De “menor-tecnología”, pero de igual relevancia para intensificar la acción, fueron las acrobacias y entrenamiento supervisados por 87Eleven, y los coordinadores de acrobacias Jonathan Eusebio, Julian Bucio Montemayor y Jared Eddo. La primera cosa en su agenda fue poner en forma al reparto, seguido de un intensivo programa de acción coreográfica, y, finalmente, hacer que los actores se sintieran cómodos con el considerable trabajo de cables y acrobacias que tenían que desempeñar. Fue un programa increíblemente riguroso —“Cuando [los actores] no estaban trabajando, estaban entrenando”, comenta Eusebio.
Los miembros jóvenes del reparto pasaron por regímenes de entrenamiento diseñados de manera individual —no hay dos personajes que tengan idénticos estilos de pelea—, así como dietas especiales para mantener su fuerza y resistencia durante la producción. En la tradición de Dragonball, Goku es el más grande guerrero del planeta. Y Justin Chatwin asumió la responsabilidad de capturar las habilidades del personaje, muy seriamente. Antes de que diera inicio la fotografía principal, estuvo seis semanas bajo orientación nutricional y entrenando acrobacias y artes marciales con 87Eleven; un severo régimen que continuó durante el rodaje de la película. “Todo esto provocó que mi adrenalina comenzara a correr”, comenta el actor, quien también señala que dejó el azúcar, el trigo y la pasta durante su trabajo en la película. Chatwin pasó mínimo cinco horas de entrenamiento al día, estudiando karate, kung fu y un método brasileño conocido como capoeira, que hace del movimiento de artes marciales, los juegos y la danza un ritual. Para las maniobras acrobáticas más extremas, Jackson Spidell dobló al actor. El movimiento insignia de Spidell: pegar un brinco y, en el aire, hacer medio giro, para, al momento de caer, golpear a un contrincante.
A Chow Yun-Fat, en el papel Roshi, le dieron estilos marciales “más suaves”, como el Tai Chi, para adecuarse a la edad y experiencia del personaje. A Jamie Chung, como la joven y siempre entusiasta artista marcial Chi Chi, le dieron estilos de pelea “duros”, incluyendo kickboxing, karate y boxeo Thai. Chung estaba especialmente encantada con una vital escena de pelea en la que Chi Chi pelea contra…Chi Chi. (Mai, un personaje que cambia de forma, se transforma en Chi Chi para robar un Dragonball). “Tuve que interpretar ambos lados de la pelea y aprender la coreografía tanto para Chi Chi como para Mai”, esta última practicante del kung fu, Chung recuerda. Los efectos visuales, incluyendo control de movimiento y composiciones separadas, realzaron la compleja batalla.
Y, ¿qué tipo de entrenamiento requiere el actor para interpretar a una de las figuras más poderosas del universo —Lord Piccolo? Según James Marsters, fueron sesiones en las que hubo golpes/patadas/combinaciones de bloqueo. “Creía que mi cuerpo se me iba a romper”, comenta el actor entre risas. “Pero [el equipo de acrobacias y entrenadores] sabían exactamente qué tanto podía soportar mi cuerpo”.
Una de las primeras escenas en la que vemos a Goku y a su abuelo Gohan entrenar en un tendedero, que se encuentra varios metros arriba del suelo, fue una de las favoritas del equipo de acrobacias. “Gohan y Goku están peleando, pero de una manera juguetona”, explica el coordinador de efectos Jared Eddo. “Cinco tramoyistas y un equipo de acróbatas de once personas, incluyendo dobles y expertos en seguridad, estuvieron involucrados en la escena. Poleas y máquinas —junto con mano de obra convencional— nos permitieron crear la ilusión de que los personajes estaban parados sobre el tendedero, y [una tramoya especial] nos permitió maniobrar a los acróbatas y a los actores”.
Una batalla decisiva entre Goku y Piccolo, que se lleva a cabo en el “Templo del Dragón”, fue realizada y fotografiada como una pelea extrema, que les llevó no menos de diez días para completar. Aquí, Goku ejecuta su emblemático movimiento de arte marcial, “Kame-Hame-Ha”, donde toma energías, tanto extraterrestres como terrenales, para lanzar una intensa ráfaga cegadora hacia su adversario. Para la escena, Justin Chatwin y James Marsters tuvieron que saltar 6 metros arriba del piso del Tempo, y parecer que “volaban” hacia unas salientes rocosas — todo con la ayuda de cables y alambres, desde luego. Más tarde libran una batalla “en el aire”, suspendidos frente a una pantalla verde.
DISEÑANDO “DRAGONBALL: EVOLUCIÓN”
El singular aspecto de las escenas de acción de la película complementa su dirección de arte y fotografía. El diseñador de producción Bruton Jones, junto con los asesores visuales Richard Holland y Bruce Crone, apelaron al manga y anime de Dragonball, así como a un crisol de estilos que reflejaran los punto de referencia pasados/futuros y multiculturales de la película. El Templo del Dragón, por ejemplo, tiene influencias arquitectónicas rusas, japonesas y chinas.
Antes de que diera inicio la producción, el director de fotografía Robert McLachlan probó varios tipos de película antes de decidirse por Fuji, ya que ésta le ayudó a darle una apariencia muy saturada en colores, que era la que estaba buscando. La saturación del color aumenta la intensidad del eclipse solar en el filme, que en la historia indica un evento potencialmente catastrófico. “Queríamos que nuestro eclipse fuera mucho más surrealista [que un típico eclipse solar], con colores extraños, intensos y rojizos”, comenta McLachlan.
Ariel Velasco Shaw supervisó los múltiples y variados efectos visuales de la película, incluyendo la fuerza de energía conocida como Ki. Uno de los ocupantes principales de la filosofía oriental es aquel quien aprovecha el poder del Ki —y vincula las increíbles maquinaciones de Dragonball con nuestro mundo real. En la técnica “doblarse en el aire” del Ki, el practicante saca el poder de su pecho, provocando que el aire a su alrededor genere ondas de distorsión —y la fuerza de energía resultante impacte a su oponente. El Ki es tan fuerte que obtiene poder del universo, una vez que es canalizado a través de la habilidad del practicante en esta técnica. Su manifestación máxima es el movimiento “Kame-Hame-Ha”, de Goku.
Velasco Shaw y su equipo crearon varias formas de Ki apropiadas para el personaje. Por ejemplo, un personaje humano poseería un Ki diferente al de un extraterrestre o un híbrido extraterrestre-humano. Además, existe un Ki “más joven” para los personajes más adolescentes, y un Ki “más viejo”, más desarrollado, para Roshi.
Las icónicas y místicas Dragonballs fueron en gran medida obra del equipo de efectos visuales. “Todos tenían una idea de cómo deberían verse y cuál era su función”, comenta Velasco Shaw. Las Dragonballs, cortesía de la magia de las imágenes generadas por computadora, tienen una luminiscencia etérea, que se adaptan a propiedades sobrenaturales.
Velasco Shaw también supervisó dos creaciones hechas totalmente por computadora: la monstruosa criatura Oozaru, así como el Fu Lamm —demonios asesinos— que se regeneran cuando son desmembrados.
Alec Gillis y Tom Woodruff, Jr., directores de una de las principales compañías de maquillaje y prótesis de la industria, Amalgamated Dynamics Inc. (ADI), diseñaron y crearon el maquillaje prostético de Lord Piccolo. Las sofisticadas prótesis de Lord Piccolo, diseñadas por Gillis y Woodruff, fueron aplicadas por el maquillador de prótesis Edward French.
ACERCA DE LOS REALIZADORES
JAMES WONG (Director) nació en Hong Kong y se mudó con su familia a San Diego, California, cuando tenía diez años. En la Preparatoria El Cajon Valley conoció a su futuro socio de escritura, Glen Morgan. Ambos estudiaron en la Universidad Loyola Marymount, donde Wong tenía las intenciones de obtener un título en ingeniería, antes de haberse cambiado a estudios de cine.
Después de la graduación, Wong obtuvo un trabajo como asistente de la productora Sandy Howard. Durante este tiempo, Wong y Morgan escribieron guiones por si acaso, y eventualmente les produjeron uno, el implacable largometraje “The Boys Next Door”. A la postre, los dos fueron contratados como escritores de Stephen J. Cannell Productions, en las series “21 Jump Street”, “Booker” y “The Commish”.
Wong y Morgan llamaron la atención de Chris Carter, quien estaba montando la producción en Vancouver para una nueva serie titulada “The X-Files” (Los Expedientes X), acerca de dos agentes del FBI que se dedican a investigar lo paranormal. Wong y Morgan ayudaron a definir la dirección del programa durante sus primeras dos temporadas y fueron pieza fundamental en el desarrollo de los personajes. Su trabajo en “The X-Files” los llevó a más trabajos como escritores y productores de las series “Space: Above and Beyond”, “Millennium” y “The Others”.
En el 2000, Wong hizo su debut cinematográfico como director en el thriller “Final Destination” (Destino Final), que coescribió con Morgan. La película se convirtió en un éxito taquillero. A ésta, le siguió “The One” (El Único), protagonizada por Jet Li, y “Final Destination 3”, la tercera parte en lo que se ha convertido en una perdurable franquicia cinematográfica. Coescribió y produjo con Morgan las nuevas versiones de “Willard” (La Revolución de las Ratas) y “Black Christmas” (Gritos en la Oscuridad).
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